AL PUNTO

Por. Isidoro Valenzuela Morales

Lo inesperado está sucediendo en un presidente de la República; Enrique Peña Nieto reconoce que cometió un “error” en relación a la transacción de compra-venta de la llamada “Casa Blanca” realizada por su esposa Angélica Rivera Hurtado, quien a su vez regresa la citada residencia al Grupo Higa, quien tiene tratos de obras con el gobierno federal en el presente sexenio.

Surgen voces en el sentido de que no es suficiente que el presidente Peña Nieto ofrezca disculpas al pueblo de México, a quien reconoce, ofendió con este hecho, pues consideran que debe haber más de parte del Ejecutivo Federal, quizá responder por los demás hechos que se han denunciado en la que se han beneficiado algunos de sus colaboradores de primer nivel.

Esta decisión del Presidente Enrique Peña Nieto claro que es histórica en México, pues que se tenga memoria es la primera vez que un mandatario cede a la exigencia de su país de poner freno a la corrupción escandalosa en la que se está incurriendo a lo largo y ancho del país, pues este fenómeno no es privativo de las instancias federales, sino que está latente en los gobiernos de los estados y en los cientos de municipios de todo el país.

Y es que había la percepción de que si en las más altas esferas del gobierno se incurría en corrupción, este tipo de actos estaba permitido, de ahí que en las instancias legislativas de todos los niveles se repartían recursos a diestra y siniestra; e incluso en las “camaritas legislativas” en los municipios hacen lo mismo, y que sirva como punto de referencia el extra “auto pago” que se hicieron los regidores de Salvador Alvarado recientemente por 10 mil pesos.

Retomando el caso de la marcha atrás que dio el Presidente de la República, envía un mensaje claro a la nación de que “el buen juez, por su casa empieza”, refiriéndonos al Sistema Nacional Anticorrupción que presentó ante los mexicanos esta semana.

Habrá quienes se le vayan a la yugular y quieran verlo totalmente caído, exigiendo renuncie a su cargo, y quienes pedirán cárcel para él y su esposa Angélica Rivera, sin embargo en opinión del que escribe, no debe debilitarse del todo la figura presidencial, pues tendría graves repercusiones para el país en lo social, en lo económico y en lo político.

El Presidente Peña Nieto debe ser congruente con el decir y el hacer en lo que le resta de su gobierno, y seguir una actitud de auto crítica, atendiendo el reclamo de los mexicanos en temas tan sensibles como el de la corrupción en la que siempre se ha incurrido al interior del gobierno.

Si bien ya dio marcha atrás en la adquisición de esta residencia, cuya compra dudosa se le ocurrió seguramente a su esposa y él tuvo que “apechugar” para no contrariarla, debe proceder a exigir al resto de sus colaboradores un acto similar, que se extienda esta medida hacia los gobernadores de los estados y hacia los presidentes municipales.

La figura presidencial debe enmendar la plana, pero no debe caer del todo, pues se estaría propiciando un poco recomendable caos político, económico y social en todo el país.

Si bien se han incurrido en excesos por parte de los gobernantes, entre ellos el propio Peña Nieto, la mayoría de mexicanos aspiramos a un trato mejor, a un ambiente de mayor seguridad y sobre todo a un país sin corrupción, y que la muestra la pongan desde las instancias de gobierno.

La marcha atrás que dio nuestro Presidente debe ser valorada con justicia y reconocerle su valor, y no que sirva como pretexto para intentar derrocarlo; darle el privilegio de la duda en relación al programa Anticorrupción que presentó y que adornó con su solicitud de perdón por este “error” de la “Casa Blanca” y la ofensa que esto significó para los mexicanos.

UNA ACCIÓN DIGNA DE IMITARSE

Ojalá y este gesto incite a otros gobernantes estatales y municipales, e incluso legisladores, a hacer lo mismo. ¿La Senadora guasavense Diva Hadamira Gastélum Bajo aclarará lo relacionado con su “Casa de Las Glorias”?.

Se investigará el saqueo realizado por ex alcaldes priistas en el Ayuntamiento de Guasave, actos reconocidos por el regidor priista Baltazar Villaseñor, que en su afán por inculpar al alcalde panista Armando “Kory” Leyson Castro, señaló que éste había incurrido en tan grave corrupción que el saqueo realizado por los ex alcaldes priistas era nada, reconociendo así dicha corrupción de sus correligionarios, a lo que seguramente responderían Jesús Burgos Pinto, Ramón Barajas, Blas Rubio y demás, “no me ayudes, compadre”.

 

 

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