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Por: Isidoro Valenzuela 

Se acerca una nueva temporada de pesca del camarón en altamar, en bahías y esteros de Sinaloa.

Cada año se presenta el mismo cuadro de aparente desaliento entre los pescadores, y la indiferencia de las autoridades del ramo.

Hay dos aspectos importantes dignos de ser tomados en cuenta como referencia para darle vida al tema sobre lo que sucede en el sector pesquero.

El primero de ellos tiene que ver con los mismos pescadores, que no aceptan la disposición legal de respetar los periodos de veda en las especies explotables en bahías y en esteros, y bajo el argumento de que tienen hambre sus familias, capturan todo el año de manera clandestina, solapados la más de las veces por sus líderes cooperativistas.

La producción de las especies ha disminuido al realizarse capturas en periodos de deshove.

Al no permitir que se reproduzcan el camarón, las tortugas, las jaibas, lizas, mojarras y demás especies de captura comercializables, obviamente los pescadores están atentando contra su propia economía.

Mucho se ha dicho que se impondrá un estricto control y la aplicación de la ley de pesquerías, sin embargo esto no ha impedido que se explote irregularmente la pesca en Sinaloa.

El otro aspecto tiene que ver con la actitud asumida por el gobierno, el que sabe que los pescadores están atentando contra su actividad, y como que dice allá ellos que se las arreglen, pero en los hechos no es así, ya que debido al desorden en que se está incurriendo, al empobrecerse el sector, se crean condiciones para exigencias de tipo social.

 El gobierno por ley es el rector de la economía en general. Le corresponde ejercer su autoridad y aplicar la ley en casos de desacato, y no lo ha estado haciendo con el sector pesquero, que se movilizan exigiendo apoyos económicos, empleos temporales y alimentos, vía despensas, para paliar el hambre de cientos de familias que dependen de la pesca en Sinaloa.

Se observa en los campos pesqueros bodegas financiadas con programas de gobierno actualmente abandonadas, lo que demuestra que no han servido de mucho a los pescadores el crearles este tipo de infraestructura para el empacado y la comercialización directa de su producción y generar con ello cientos de empleo para sus familias.

A los pescadores les conviene cuidar las especies explotables que son parte de su economía, y cuidar los ingresos que perciben con la pesca para vivir en el periodo de veda. El gobierno y los líderes pesqueros deben promover el cuidado de las especies y la repoblación a través de larvas, como lo hacen los acuacultores en las granjas.

De no hacerlo, como ha sucedido hasta la fecha, la pobreza en los campos pesqueros seguirá empeorando y tendrán que vivir las familias de las migajas que les dé el gobierno para poder seguir comiendo.

Ya no es simplemente que se fije la fecha correcta para el levantamiento de las vedas, en la actualidad la del camarón, sino pensar en el futuro y comprometerse los mismos pescadores en cuidar lo que se les ha concesionado para su explotación.

Por el lado del gobierno debe ejercerse un estricto control en las pesquerías y crear conciencia entre los cooperativistas sobre la importancia de respetar las vedas, aplicando la ley y exponiéndoles que no habrá ningún tipo de apoyo para sus comunidades si continúan actuando con irresponsabilidad.

Hay una riqueza enorme en bahías y altamar, tanta que puede solventar sobradamente toda necesidad de los pescadores, solo que no han hecho lo correcto, y el recurso lo están agotando.

Es tanta la riqueza natural en bahías y esteros de Sinaloa que las malas prácticas de la pesca no se la han acabado.

Las autoridades pesqueras se encuentran, como cada año, entre la espada y la pared; o benefician a los cooperativistas de bahías autorizando el levantamiento de la veda el 28 o 29 de agosto, pues hay camarón de buena talla, o prolonga un poco más la liberación de la captura para este año hasta la primera quincena de septiembre, favoreciendo un poco a las cooperativas de altamar, quienes tendrían a su favor el que más especies que se encuentran actualmente en bahía, busquen aguas más profundas.

Los cooperativistas de bahía saben que si las autoridades de pesca autorizan el levantamiento de la veda el 28 o 29 de agosto, tendrían la oportunidad de sacar camarón azul que se encuentra a su alcance en estos momentos, aunque saben de antemano que con esta acción empobrecerían la producción de altamar.

En las dos economías debe estar la mano del gobierno para regularlas y preservarlas, sin embargo los de bahía no lo han permitido desde hace años y prefieren seguir sus acciones depredadoras.

Algo tiene que hacerse al respecto. No es posible que se deje pasar más el tiempo sin actuar y regular la pesca en Sinaloa, para que vuelva a ser el emporio que fue hace años. 

 

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