* Dejan solo a Ramón Orantes en su despedida como jugador activo del beisbol mexicano…

Por: Mario López

No cabe duda, cuando el dictador del universo te da sangre de la mala, aunque intentes purificarte en el último momento de vida, nunca podrás quitarte ese sello que te impuso el Creador.
Esto viene a colación por lo que siempre el colectivo mochitense ha tenido de la figura de Joaquín Vega Acuña. Político venido a menos y defenestrado por una amplia mayoría de sinaloenses que lo ven como uno de los jinetes del apocalipsis, dispuesto a dejar caer su maldad sobre quien ose decir o hacer algo que no esté dentro de sus puntos de vista.
Digo esto, porque se anunció con bombo y platillo la terminación de la carrera como jugador activo dentro del beisbol mexicano del tercera base cañero Ramón Orantes.
Después de cumplir una ilustre carrera de 18 temporadas con la casaca de los Cañeros de Los Mochis, Ramón le rinde tributo al Dios Griego Cronos y se retira dignamente de los diamantes beisboleros.
¿Qué pasó en dicho evento deportivo? Nada de que vanagloriarse. Simplemente a los aficionados de hueso colorado les dio vergüenza la manera en que acaba la carrera de Ramón Orantes con Cañeros.
Salió al terreno de juego acompañado solamente por la mascota del equipo. Así como Usted lo lee (Y nada de ler como diría Aurelio Nuño).
Los señorones dueños del equipo esmeralda, léase Joaquín Vega Acuña y Joaquín Vega Inzunza se quedaron en sus palcos allá en la parte alta del estadio.
Jamás se dignaron a bajar y acompañar a un Ramón Orantes que se merecía no nada más el cariño del público, si no también recibir muestras de afecto y de reconocimiento por una directiva mediocre y corriente con la que cuenta el equipo Cañeros de Los Mochis.
¿Qué tanto les importa a los Vega Acuña el espectáculo beisbolero? NADA. Sus sueños desde hace rato son vender al equipo esmeralda por algo más de 30 millones de pesos… mientras, seguirán en ruinas por un largo tiempo más.
PD. Desde aquí mi humilde felicitación a Ramón Orantes. El jugador orgullo de La Paz, BCS; quien demostró a lo largo de 18 años su amor eterno por la casaca verde. Sus logros individuales y en equipo quedan por siempre en la memoria de los fanáticos del beisbol costeño.

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