Por: Armando Ojeda
Al cumplirse dos años del histórico triunfo electoral logrado por Andrés Manuel López Obrador, aquel 1 de julio del 2018, nuestro país se convulsiona entre gritos de júbilo y lamentos… Entre risas y llantos, diría, parafraseando la letra de la conocida canción “PAYASO” del compositor potosino Fernando Z. Maldonado.
Y es que, los mexicanos del ala triunfadora del citado proceso, en un hipócrita acento de ironía, les dicen a los derrotados; “No hay razón para llorar, porque, perdiendo salieron ganando, ya que con Andrés Manuel López Obrador, ganamos todos.
Mientras la fracción electoralmente derrotada responde también de manera sarcástica; “Señores, en este segundo aniversario de su triunfo político nada tienen que festejar, porque ganando ustedes perdimos todos, ya que el gobierno de López Obrador en estos dos años ha sido un rotundo fracaso.
Dimes y diretes que solo polarizan y confrontan las opiniones de nuestro pueblo, que no sabe ya a quien creer.
Si a los AMLOISTAS, cuando invitan a los vencidos a resignarse y sumarse de una buena vez a la fiesta, o creerle quizá al otro bando, quienes prácticamente exigen a sus rivales políticos para que dejen sus poses triunfalistas y acepten que el triunfo de algunos, resultó derrota para todos.
Por ello es que la canción “PAYASO” viene a mi mente, hoy que observo y escucho a mi México querido envuelto entre risas y llantos.
Y es que el bloque de mexicanos opositores al nuevo régimen que impulsa la cuarta transformación le cantan a los ganadores de las elecciones: “En un cofre de vulgar hipocresía, esconden su derrota”, frase que nos lleva nuevamente de la mano hacia la letra de “PAYASO”, la vieja canción que de manera tan subliminal interpretara el cantante sonorense Javier Solís.
Y contraatacan, a los vencedores de las elecciones, con otro interesante fragmento de la multicitada canción “PAYASO”; Acusándolos de actuar con caretas de alegría, pero tienen por dentro el alma rota. Es decir, “Fingen alegría, pero saben que en el fondo sus alas triunfalistas están rotas”.
Sin embargo, haciendo uso del consabido derecho a réplica, y utilizando las estrofas de la misma canción de “PAYASO”, los triunfadores de las elecciones presidenciales del 2018, responderían a sus detractores con el acento indomable y envalentonado que los caracteriza; “En la pista fatal de su destino, una mala mujer (MORENA) cruzó el camino, son comparsas que juegan con sus vidas, aunque entienden que su alma está perdida”.
Se interpreta entonces, que el fatal destino de los perdedores estaba escrito, ya que por ser comparsas que jugaron con las vidas de los Mexicanos, MORENA (Para ellos la mala mujer) se cruzó en su camino y ocasionó que su causa esté perdida”.
Y en ese afán de confrontación franca y abierta entre ganadores y derrotados en las elecciones del 2018, el desesperado pueblo de México les grita PAYASOS a unos y otros, alentándolos para que entiendan que el país requiere hoy más que nunca de la fortaleza y voluntad de todos en aras de salir adelante frente a los grandes retos de nuestra vida política, económica y social.
El grito es contundente: “PAYASOS, no oculten su fracaso con falsas risas y alegrías, que nos llenan de espanto”. Es la convocatoria emergente a los políticos por parte del sufrido y patriótico pueblo mexicano.
Piden asimismo los ciudadanos a la clase política, que no les permitan caer en el arrullo de la canción del PAYASO, porque no desean que en medio de la noche sus ilusiones y esperanzas se pierdan en la penumbra, acompañadas de su risa y su llanto.
En éste juego de la parábola de mi columna, me permito ceder el espacio a un humilde obrero mexicano, para que con su afinada voz, entone los últimos renglones de la estrofa final de PAYASO, con dedicatoria especial para quien guste acomodarse en calidad de espectador, en alguna butaca de las dos filas antagónicas del circo político de mi relato…. Canta pues el obrero… “No puedo soportar su careta, ante el mundo están riendo, pero dentro de mi pecho, mi corazón sufriendo”…Payasos…Payasos.
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