Por: Isidoro Valenzuela
Llegar a la antesala de un puesto legislativo como candidato a esta posición, no es pequeño logro, independientemente del camino recorrido o negociaciones hechas para lograrlo.
Sin demérito de las formas, que al final de cuentas es lo de menos, el que estén los “chavales” irrumpiendo en la política debe tener algo de bueno y positivo para Sinaloa y para los municipios.
Analicemos los pro y los contras de esta irrupción en un quehacer tan complicado en el que, todo aquel que no logra entenderlo, termina finalmente en la lona.
Es mucho lo que tiene que aplicarse en sus aspiraciones Feliciano Valle Sandoval, y sacar todo lo aprendido en su trayectoria dentro del PRI para poder justificar su candidatura, y sobre todo atraer los votos suficientes para ganar la diputación local por el Distrito Octavo que le fue asignado.
“Chanito” Valle debe tener claro que no será fácil alzarse con la victoria, y que su primer reto es el conservar el voto duro del priismo en ese octavo distrito electoral, y simultáneamente sumar en lo posible más sufragios para su causa.
Independientemente de su liga política familiar, a la cual no puede ni debe renunciar, pues en su padre, del mismo nombre, tiene un buen ejemplo, pues como político y como líder transportista tuvo una trayectoria aceptable, el junior tiene que ponerle un sello propio a su carrera, y todo parece indicar esa es su intención, y bien por ello.
El ser joven en la política y en otras áreas, es un impedimento para alcanzar algunos objetivos de buen nivel, pues tenemos una sociedad con ideas quizá aletargadas, que piensa que les falta experiencia y que tienen que llegar a cierta edad para poder pensar y actuar con madurez.
De manera personal el escribidor considera que esa sociedad debe abrirle paso a la sangre nueva, principalmente porque se tienen que conocer sus propuestas que pudieran ser mejores a las de los políticos de viejo cuño que le están quedando a deber a los sinaloenses y a los guasavenses en lo particular, en los puestos que van ocupando.
Si en primera instancia y tan acostumbrados a ver las candidaturas en el PRI siempre con políticos mayores para puestos legislativos y para la alcaldía, el sentido común nos empuja hacia la descalificación a priori, tenemos por justicia que escudriñar un poco más a fondo, reconociendo los méritos de los escogidos y lo que pueden hacer por la sociedad.
Esta reflexión surge del trabajo que ha realizando precisamente Valle Sandoval en el distrito que le tocó, el cual ha recorrido, levantando buenas expectativas entre el potencial electorado.
No puede echarse en saco roto este trabajo político realizado por Valle Sandoval por su distrito, lo que nos pone a pensar que sabe del oficio, aún a su corta edad.
Tiene como antecedente a favor lo aprendido con su padre, del mismo nombre, quien ocupó la presidencia municipal del PRI y cargos en la administración municipal, asimismo líder del Transporte Urbano en Guasave.
En su currícula, Feliciano Valle Jr. realizó actividad política en el Frente Juvenil del PRI, donde seguramente adquirió un poco de tablas en este quehacer.
De esa misma camada salió Pedro Flores, también de los jóvenes que buscó en el PRI una candidatura a diputado local, después de haber incursionado como regidor en el Ayuntamiento local.
Evidentemente ya los “chavales” vienen por lo suyo y están presionando para que les abran las puertas en el servicio público y en puestos de representación popular.
Les guste o no a los políticos viejos, no solo en el PRI, sino en todos los partidos políticos, tendrán que aceptar las nuevas figuras que están irrumpiendo en el estadio para jugarles y arrebatarles las posiciones de privilegio que en muchos casos han desaprovechado.
Por el lado de los jóvenes, como los mencionados y demás que hemos hecho referencia en espacios anteriores, ojalá y que con su juventud traigan nuevas formas de hacer política, nuevas propuestas que llenen las expectativas de la sociedad y con ello abonarle a lo mucho que le han quedado a deber los viejos políticos.
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