Por: Selene Ojeda
Las instituciones políticas y electorales en México parecen no tener claro que 2017 no es un año de elecciones federales y tanto los partidos como el INE están más preocupados, unos por posicionar a sus candidatos en el ánimo de los electores y el otro por allegarse de los recursos, bonos y demás beneficios, sin garantizar a plenitud la democracia y la limpieza de la jornada comicial que se desarrollará en junio del año próximo en el país.
No se aprecia un escenario legal cuando las figuras políticas de cada partido recorren el país en una clara actividad proselitista por demás adelantada, los actuales no son tiempos de campañas ni siquiera de precampañas para la presidencia de la República, sin embargo, tanto la autoridad electoral mexicana, como el INE, Fepade y el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación parecen tener los ojos y oídos cubiertos.
Al interior de los partidos políticos no existen convocatorias para la selección de sus abanderados debido a que ni sus estatutos y mucho menos la Constitución Política o las leyes electorales marcan estas fechas para tal proceso, no obstante, sus militantes se mueven con absoluta libertad manejándose como si fuesen candidatos electos tal es el caso específico de Margarita Zavala y Rafael Moreno Valle por el PAN y Andrés Manuel López Obrador, dirigente de Morena.
A este último la ley no le impediría promover la plataforma de su partido a lo largo y ancho de la nación por ser legalmente el dirigente de este instituto, no obstante, a Zavala y Moreno Valle no los avala un documento que les dé pista libre para promocionarse en todos los estados del país como candidatos, en todo caso son aspirantes a una virtual candidatura panista, pero los señores están sumamente adelantados realizando promesas y mostrándose como candidatos electos con todo y sus slogan.
No conformes con que sus militantes estén en cancha libre sin freno al interior de sus partidos ni del árbitro electoral, ahora los presidentes nacionales del PAN, Ricardo Anaya y del PRD, Alejandra Barrales, se dan el lujo descarado de salir ante reflectores y micrófonos para enviar el mensaje de que en 2018 van juntos en un gran frente opositor para ganarle al PRI. ¿Quién les dijo que este es el momento para ello? ¿Acaso sus intereses muy personales?
Este anuncio que quizá debió haberse realizado al menos en enero del año que entra, no causó mucha gracia en general, y muy posiblemente incida en el ánimo del electorado en los estados que en unos días celebrarán elecciones y beneficiará a un tercer partido, sobre todo en el Estado de México.
Con respectos a los políticos presidenciales adelantados, surge también la pregunta ¿de dónde obtienen los recursos para hacer ese despliegue tan enorme de acciones de campaña? Tienen que viajar, pagar hospedajes, alimentación, incluso los espectaculares que ya se dan el lujo de exhibir y el dinero ¿quién lo fiscaliza o regula? El INE no quiere meter las manos ni las leyes. ¿Entonces estamos al garete?
No es lo mismo ser un presidenciable, cuyo nombre se maneje en los medios de comunicación y otra hacer el papel de candidato sin nombramiento oficial en tiempos no electorales, el pueblo mexicano ya no es tan tolerante como antes y menos cuando la pobreza va en aumento, los programas de gobierno no cubren a todos los sectores, la economía cada día se deteriora más, los estados están saqueados por sus gobernadores o ex y los dirigente partidistas millonarios.
Por el lado del PRI, los hombres y mujeres mencionados hasta la fecha, son como se acostumbra en el tricolor, secretarios de estado en funciones, gobernadores y ex y aunque podría ser que desde esas plataformas promuevan sus aspiraciones, al menos no andan tan sueltos ni con spots de campaña y estructura formal rumbo al 2018. Bien lo cita Enrique Krauze, “en México, la democracia está en obra negra”.
Finalmente…
El que ya se empezó a proyectar más en busca de la candidatura priista, es el secretario de Salud, José Narro, sin embargo, el PRI tendría que ofrecer una figura más joven y fresca, no se duda de la capacidad del ministro, pero no tendría en su momento la vitalidad para una campaña tan intensa por todo el país.
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