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Por: Isidoro Valenzuela

Los candidatos están recurriendo a todo tipo de acciones para atraer la atención de los sinaloenses.

Tanto candidatos a gobernador, como al Congreso del Estado y a Alcaldes le están haciendo de todo con tal de llamar la atención, quedar bien y ser agradables a los ojos de los sinaloenses, aunque después de ser electos ya no los vuelvan a ver, como sucede normalmente.

Algunos le entran al bailongo, otros cantan, la gran mayoría sonríe a todos, se suben en bicicletas, incluso de niños, haciendo de todo con tal de amarrar los votos de los electores. Se cargan un dinamismo que sorprenden, quizá con la intención de hacer creer a la gente que les sobra energía para cumplir con sus responsabilidades sobradamente y que tendrán a un representante con batería suficiente para servirle a los sinaloenses.

Estos actos de campaña me hacen recordar algunos hechos personales y de políticos.

Estando con una pequeña sobrinita de aproximadamente tres o cuatro años, jugando con ella en el idioma de los niños, me llevé una gran sorpresa. La pequeña Ana Victoria me escuchaba y me hacía preguntas de niña, y yo le contestaba tratando de hacerme entender con la pequeña con palabras emulando a otro niño, cuando de pronto me sorprende con una expresión que me dejó helado: “Mi tío Iván, que locochón”.

Ya ni los niños se dejan impresionar cuando les quieres hablar en su idioma, pues las últimas generaciones se desarrollan con mayor rapidez, tanto física como mentalmente.

Hacerles el juego muchas veces nos llevan a hacer el ridículo ante sus ojos.

Muchos no nos lo dirán, pero ¿Cuáles serán sus pensamientos ante los desfiguros que hacemos al tratar de bajar a su nivel?.

Me pregunto ¿qué pensarán los sinaloenses al ver cómo actúan quienes quieren ser sus representantes en el Gobierno del Estado, en el Congreso o en las 18 alcaldías de Sinaloa?.

¿Será el de un artista el perfil del gobernante que requiere Sinaloa en estos momentos?. ¿Será acaso un circense que haga malabares en artefactos con ruedas?.

Tal vez un vaquero para diputado, para que recorra las rancherías de su Distrito, atravesando montes y valles. O barrenderos que dejen las oficinas de gobierno municipal y salgan con su escoba una o más veces por semana a barrer calles de su municipio.

Lo que sí está claro es que todo lo que hagan en campaña difícilmente lo harán siendo alcaldes, diputados o siendo Gobernador de Sinaloa.

Y si logran o no su cometido de ganarse el voto ciudadano haciéndole de todo, este es ya otro cantar.

Los sinaloenses, como nunca, están presenciando y valorando a los candidatos de cada partido, y creo que los más sensatos tomarán en cuenta las propuestas y los compromisos que hagan para resolver sus demandas más sentidas, muchas de ellas tan añejas como olvidadas.

Hay promesas de campaña de gobernador incumplidas. Que si llegó yo les prometo municipalizar Juan José Ríos; que si me eligen gobernador desaparezco el cobro de la Tenencia vehicular; que más pavimentación; más honestidad y justicia; Revocación de mandato; fin a los abusos y a la corrupción en el gobierno; puertas abiertas para todos si me eligen, y ahí usted agréguele amable lector.

Lo que si deben tener presentes que hace seis años un candidato bailador se bailó a los  sinaloenses… y si ha gobernado bien o mal, su respuesta amigo lector se la dejo de tarea.

¿Será que piensan que a los sinaloenses les gusta que en vez de propuestas y compromisos, les hagan circo, maroma y teatro?.  El resultado se verá la primera semana de junio.

 

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