Por: Iv Morales
México tiene que dar el salto en muchos aspectos. En lo político, por ejemplo, debe hacerse algo para que no lleguen a los puestos de gobierno personas con malos antecedentes, ladrones, mentirosos, resentidos sociales, ni psicópatas, como nos ha sucedido.
Alguien soltó el borrego por ahí, y me pareció interesante echar a volar el tema y aterrizarlo, haciendo propuestas que bien pueden servir para impedir que lleguen asesinos a los puestos claves de gobierno, de la administración pública y en áreas sensibles, como es el de la seguridad y la justicia.
Creo llegado el momento de analizar con mucha responsabilidad que tipo de candados deben ponerse para que los mexicanos elijamos a los mejores de las mejores propuestas para que nos gobierne, y no estarnos enterando, ya que dejan el cargo, de que fueron alcohólicos, drogadictos, asesinos, ladrones, embusteros, marionetas del poder económico local y extranjero, etcétera.
Someter a todos los aspirantes a todo tipo de pruebas, incluyendo la del antidoping, para evitar que llegue un drogadicto al máximo poder del país, y el detector de mentiras, porque se han colado muchos gobernantes que mienten con tal facilidad y desvergüenza, que para qué les digo.
Incluso investigar a la familia; a la esposa y los hijos, porque ha trascendido cada historia de abusos de poder y derroche de dinero por parte de las esposas y los hijos de gobernantes y algos funcionarios de gobierno, que debe impedirse.
Que sean juzgados todos aquellos gobernantes que sean sorprendidos desviando los recursos públicos y otros abusos relacionados con sus funciones. El cese inmediato y una investigación a fondo que llegue incluso a la restitución del daño causado, a la inhabilitación política y administrativa de por vida, y de ser necesario la cárcel.
México tiene que actualizarse en ese sentido. No creo que sea mucho pedir que se les exija responsabilidad en su trabajo, por el cual reciben muy buen sueldo por parte de los mexicanos.
Se les paga bien para que trabajen bien, pero trabajan mal en perjuicio del pueblo. Hacen todo para favorecerse ellos mismos, a gente rica y encumbrada, de la alta sociedad, y se olvidan de quien les paga su sueldo, porque las oligarquías que los mandan no quieren pagar los impuestos de sus empresas y exigen concesiones para la explotación de las riquezas naturales que los hacen más millonarios día a día, y luego dicen que vienen de la necesidad, de vender aguas frescas, dulces y gelatinas.
En las áreas de justicia tenemos un cáncer muy arraigado.
Los encargados de procurar justicia desde los niveles más bajos hasta el más alto, me refiero desde los jueces hasta la Suprema Corte de Justicia de la Nación, y al Consejo de la Judicatura Federal, se mueven según sus intereses políticos y los intereses económicos de quienes están dispuestos a pagar por ser liberados y absueltos de cargos por daños causados a la sociedad que se comprometieron a defender y proteger.
Si se hiciera una investigación sobre los bienes y dinero acumulados por los juzgadores en todos los niveles, encontraríamos riquezas inexplicables, producto de sobornos y moches, independientemente de sueldos altos e inconstitucionales.
Qué tienen que acceder a la presión de la delincuencia de todo tipo pues son amenazados de muerte ellos y sus familias, pues simplemente no le entren, no acepten el cargo, o renuncien en cuanto empiecen a ser amenazados.
Dicen que no tienen el valor de enfrentar la presión de los delincuentes, pero lo que sucede es que junto con la presión va la propuesta de maletines llenos de dinero, pues sin chistar sueltan a los maleantes que les son presentados con cargos y pruebas contundentes.
Quienes desde el poder judicial realizan actos vergonzosos e ilegales, aunque son poderes autónomos, debe haber una instancia, o bien hay que crearla, ya sea en el legislativo o en el ejecutivo, que los investigue y los sancione oportunamente, siempre pensando en el bienestar de los mexicanos.
La justicia pronta y expedita sigue siendo un sueño guajiro; se ve muy lejos, años luz, pero solo para los mexicanos de a pie, porque los potentados, los del dinero en México, de inmediato son atendidos y ven resueltos sus casos. Aunque sea fin de semana o día festivo. El jefe que paga, manda, y se le sirve.
Esta es la impresión que tenemos millones de mexicanos. Las evidencias son muy claras. Están a la vista de todos. Es un secreto a voces.
Por eso el que escribe considera necesario una revisión a la Constitución y las reformas necesarias que vengan a darle certeza jurídica y justicia pronta a los mexicanos.
Igual, México no resiste a gobernantes ladrones y enfermos mentales cuyo único interés al querer ocupar la Presidencia de la República, los gobiernos de los estados y las presidencias municipales, es el de enriquecerse, cuando su prioridad debiera ser el servir con lealtad y con honestidad al pueblo que lo elija.
Para poder hacer llegar a estos puestos a gente que sirva y no que se sirva del poder, es importante someterlos a exámenes rigurosos antes de ser aceptados incluso como candidatos.
Para que lleguen juzgadores al poder judicial honestos y con la intención de servir y aplicar justicia pronta y expedita por igual a todos, se necesita evaluarlos muy bien, y hacerles ver los riesgos que enfrentarán, y que digan si están dispuestos a soportar la presión que se ejerce en su contra y la atracción al dinero fácil, y si no, mejor que ni le entren. Así de claro.
En el poder legislativo, lo mismo.
México tiene que cambiar, aunque para ello tenga que seguir el ejemplo de otros países donde la corrupción es severamente castigada. Se queda de tarea. Se aceptan opiniones.
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