Por: Iv Morales
Yo creo en la palabra del Presidente Andrés Manuel López Obrador.
Se ve que es un hombre cumplidor; un hombre de palabra; como los de antes.
¿Quién no recuerda el trato de los antiguos?
Todavía hasta dos o tres generaciones antes que la nuestra, la palabra era un pacto de honor al cual no renunciaban, aún a costa de su propia vida.
La honorabilidad de nuestros antepasados tenía un valor incalculable. Con muy raras excepciones, pues siempre ha habido hombres deshonestos que les importa un bledo su honorabilidad con tal de beneficiarse con lo ajeno.
López Obrador, en lo personal, me inspira confianza. Creo firmemente que su compromiso de ayudar a levantar a Acapulco, Guerrero, y que celebren las familias una feliz Navidad 2023, se va a lograr.
En casos como éste se necesita sensibilidad social y voluntad política del gobierno, y creo, sin temor a equivocarme, que en el actual gobierno federal existen ambos.
Lo más importante que no se ve la intención de lucrar con la desgracia de los guerrerenses en el aparato oficial, desde el poder Ejecutivo hasta el Legislativo.
Lamentablemente no se puede decir lo mismo de los partidos opositores, quienes no dan paso sin huarache y quieren sacarle raja política a esta crisis en la que están inmersas cientos de familias de Guerrero.
De muchas maneras han demostrado los partidos PRI, PAN y PRD que no tienen interés en servirle al pueblo.
Del PAN surgen propuestas de ampliar el presupuesto para este año y agregarle 50 mil millones de pesos para el rescate de Acapulco, pero ellos no están dispuestos a donar ni dos días, menos una semana de su sueldo en las cámaras de Diputados y Senadores federales, y dinero que atesoran en los partidos.
Bien hubieran hecho con adelantarse a los del partido Morena y ofrecerse a aportar un mes o más de sus ingresos para apoyar las necesidades de los guerrerenses, pero en su mente y en su corazón no existe ese sentimiento llamado solidaridad.
Ellos solo quieren traer agua a su molino siempre. Los demás que se rasquen con sus propias uñas.
En esa solicitud de 50 mil millones de pesos que están proponiendo los panistas, los priistas y los perredistas, existe la impresión que lo condicionarían a que fuera aplicado al rescate de los grandes empresarios del puerto; en beneficio de los hoteleros, restauranteros, tiendas de auto servicio, casinos, etcétera. O sea, a los “machuchones” que siempre defienden porque trabajan para ellos en todo momento y circunstancia.
En su intención el bloque opositor compuesto por el PRI, PAN y PRD, nunca está en beneficiar a los pobres de México. Siempre su pensamiento está puesto en como enriquecer a los más ricos de México, a quienes, obviamente, les cobran las facturas, al comprometerlos a soltar dinero para sus campañas políticas.
Ni la malician los opositores a la Cuarta Transformación. No han entendido los opositores la influencia política que encierra el eslogan “Por el bien de México, primero los pobres”.
Mientras no reflexionen y sigan ignorando a la población más desprotegida de nuestro país, no se detendrá su caída libre al vacío, y pasarán, como se los han dicho los de Morena y el PT, al basurero de la historia.
Como despedida, no puedo dejar pasar el hecho de que los grandes empresarios de Acapulco y del resto del país, no necesitan ayuda de nadie, pues sus negocios, sus bienes materiales, están asegurados, y el seguro tiene que apechugar.
Evidentemente eso lo deben saber los panistas, priistas y perredistas, pero quieren favorecer, como siempre, a un sector privilegiado, el empresarial, quienes recibirían el pago de su seguro, y de paso, de aprobarse la propuesta de aumentar el presupuesto federal, como sugieren los legisladores del bloque opositor, recibirían millonarios recursos de estos fondos, con lo qué, en vez de perder, harían el gran negocio, como sucedió con los bancos en el caso del Fobaproa.
No descansan esas mentes pensando en cómo beneficiarse de la desgracia ajena.
Así le hacían antes, y se hacían ricos con los gobiernos del PRI y del PAN. Así como no. Así hasta yo.
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