La voracidad de la Dirección de vía pública y espectáculos del ayuntamiento de Guasave no tiene límites, ahora se apropia de un evento que no es de ellos y cobrará a los comerciantes ambulantes una cifra estratosferica por vender en el carnavalito, el cual es organizado por iniciativa propia por un joven entusiasta.

Alma Yadira Morales Espinoza, la directora de vía pública y espectáculos, tiene olvidada su verdadera función de regular el comercio en la vía pública y se dedica a agandallar eventos, fiestas tradicionales y cuánto espectáculo llega a Guasave para llevar dinero a la tesorería municipal, como si su trabajo fuera de recaudadora económica.

El sábado pasado en el evento “cielo abierto” hizo gala de su autoridad y colocó a sus “amigos” y selecto grupo de vendedores que lleva y trae a conveniencia, cobrando a discreción por el derecho a ejercer el comercio en la vía pública, cuando existe un tabulador y recibos oficiales que debería de entregar.

Ahora la funcionaria se vuelve a meter en un brete y junto con la directora municipal de alcoholes, (por cierto ex directora de la Vía pública), agandallaron las fiestas del carnavalito como si ellas fueran las organizadoras y la primera colocará a los vendedores, mientras que la segunda se encargará de la venta de cerveza, dejando de lado al organizador original Paolo Mendivil.

Los precios que presuntamente manejará Vía pública son 300 pesos por metro cuadrado a cada vendedor ambulante, diezmando las raquíticas ganancias de cualquier vendedor de algodones o paletas.

A estos precios, habrá que sumarle los riesgos que implicará la reubicación de esta fiesta, además de que no es un carnaval oficial, como lo dice Paolo Mendivil, es un evento pequeño para que simplemente no pase desapercibido entre los guasavenses, pero para ambas funcionarias, son un filón de oro porque ya tienen colmillo en estos menesteres.

 

 

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