Un verdadero reto a la muerte es lo que hacen los trabajadores de la construcción que sin las más mínimas medidas de seguridad, realizan obras en plantas altas y muy cerca de los tendidos eléctricos.
Sobre la avenida Juan Carrasco entre las calles Emiliano Zapata y Gabriel Leyva, en el primer cuadro de la ciudad de Guasave, están realizando una construcción arriba de un segundo piso y a unos escasos centímetros de una red eléctrica de alta tensión propiedad de la CFE.
Los trabajadores van y vienen con estructuras metálicas en hombros y manos, sin percatarse de la mínima distancia que los separa la vida y la muerte al laborar sin las medidas preventivas.
Lamentablemente Guasave ha sido escenario de varios decesos de trabajadores de la construcción los cuales han perdido la vida a causa de sus propios descuidos y también, por la negligencia de quienes deberían de supervisar este tipo de obras.
Protección Civil es responsable de la supervisión y aplicación del protocolo de seguridad en este tipo de construcciones, sin embargo, han sido omisos, complacientes o cómplices y los resultados han sido funestos.
El que una construcción cumpla con todos los requisitos de seguridad para muchos contratistas les resulta caro, particularmente si tiene que pagar ciertos permisos o servicios adicionales como aislar los cables de energía eléctrica para mayor seguridad de sus obreros, pero finalmente, ese gasto extra, les evita problemas legales y pagos económicos innecesarios si evita la muerte de sus trabajadores.
La responsabilidad de Protección Civil va mucho más allá que llegar a la obra a acordonar el área donde ya se ha registrado un lamentable accidente, es mejor que haga su trabajo de prevención, revisión y aplicación del protocolo de seguridad por el bien de todos, sin importar el costo económico, anteponiendo la vida de quienes construyen el progreso de un municipio.
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