Como en muchos planteles educativos en todo lo largo y ancho de nuestro país, existen alumnos que realizan una venta discreta de productos diversos entre la población estudiantil, de la cual obtienen recursos económicos que los ayudan a sufragar sus propios gastos de estudio.

Es bien sabido que muchos profesionistas han logrado graduarse gracias a la venta de dulces, burritos, tortas, heladitos, bebidas embotelladas entre otros productos que les venden a sus propios compañeros del aula.

Muchos estudiantes que se dedican a la venta interna en los planteles, son hombres y mujeres de bajos recursos económicos que a veces no tienen acceso a ningún tipo de apoyo gubernamental.

De echo, lo que muchos ganan con su vendimia, lo utilizan para pagar las propias cuotas escolares que les solicita su institución, así como uniformes, libros diversos y el pasaje para su traslado.

Los directores de algunas instituciones educativas llevan un porcentaje de la venta que se realiza en las cafeterías y tienditas escolares, por ello es que algunos, deciden prohibir esa venta por considerarla ilegal además de verla como una competencia desleal, porque los productos que ofrecen los alumnos a sus compañeros son más baratos y en muchos de los casos de mayor calidad.

Que lamentable que el Tecnológico de Guasave le trunque a sus alumnos la oportunidad de que estos jóvenes busquen de una manera honesta, el peso para solventar sus propios estudios.

Fidencio  López Beltrán, el director del Tecnológico de Guasave, debería de reconsiderar esta mala decisión de prohibir que algunos de sus alumnos sigan vendiendo algunos productos entre la población estudiantil, pues comprobado está que a nadie le hacen daño. 

 

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