Por: Rosario Antonio Ramírez
“Es mejor ser rey de tu silencio que esclavo de tus palabras”: William Shakespeare
“Hay que tener consciencia de lo que decidimos, puesto que tiene un efecto en los demás y además puede ser tergiversado o incluso usado en nuestra contra”.
Los más cercanos a los equipos de campaña son los más apasionados en cada proceso electoral, a tal grado que, ponen en riesgo al propio a la propia candidata o candidato al no respetar la veda electoral.
En Guasave se está dando un fenómeno, el apasionamiento o fanatismo los está rebasando y a pesar de que la indicación del Instituto Estatal Electoral de Sinaloa (IEES), y el Instituto Nacional Electoral (INE), es mantenerse guardado y evitar la denostación y el proselitismo, para algunos en Guasave es una mala indicación o letra muerta.
Si el IEES realmente quisiera aplicarse en ese sentido y ejecutar su propia ley y reglamentos, es cuestión de qué se eche un clavado a la red social para detectar a los arreadores que siguen promocionando a sus candidatas tanto la local como la nacional.
Las autoridades electorales deben de poner la amonestación correspondiente, una por el proselitismo y la otra por denigrar a los contrarios, la etapa de esa guerra ya pasó, estamos en una recesión y la ciudadanía no debe de estar inmersa en esos ataques mediáticos entre los seguidores o trabajadores de los candidatos.
Las candidatas y candidatos es obvio que no están ajenos a lo que está sucediendo, pues en algunos casos son estrategias implementadas desde las propias casas de campaña con el único fin de permanecer vigentes en la red.
A estas alturas, la mayoría de los ciudadanos ya tienen definidos a sus candidatos, por lo tanto, es incomprensible las actitudes ofensivas de algunos militantes de un partido hacia sus contrincantes.
Quienes se creen o se sienten ya ganadores, no tienen necesidad de arriesgarse a una amonestación de la autoridad electoral, salvo que sean coyotes de la misma isleta y que por obviedad de razones, el árbitro permanecerá con los ojos vendados hasta después del día dos de junio, cuando concluya la jornada y aquí como siempre, no ha pasado nada.
¡Es cuánto!
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