Por: Iv Morales

El sueño largamente acariciado por hombres avariciosos es el monopolizar algo, en su afán de poder y de riqueza.
En Agro insumos actualmente hay una lucha muy fuerte a nivel internacional que involucra a México en su calidad de productor de granos básicos para la alimentación local y exterior.
Una empresa que se distingue por querer monopolizar la producción de semillas y plaguicidas y otros productos esenciales para la agricultura mundial, es Bayer.
Tenemos claro que la citada empresa no pertenece a una sola persona, sino a varios grandes inversionistas mundiales con una sola visión; apropiarse del mercado de agro insumos y obligar a los productores a depender de Bayer en todo, y de esta manera poder manipular los precios de sus productos a su antojo e incrementar hasta las nubes sus ya de por sí cuantiosas fortunas.
Una manera de hacerlo es a través de los llamados Organismos Genéticamente Modificados, o sea los llamados transgénicos, desplazando las simientes regionales en México y otros países.
Contrario a los intereses de Bayer y demás empresas extranjeras avariciosas es el hecho de que en México esté gobernando una persona que se preocupa por proteger, tanto la economía de los productores como la salud de los mexicanos, Andrés Manuel López Obrador, quien tiene informes de primera mano del grave daño que le haría a los agricultores permitir ese monopolio y el envenenamiento de las semillas y de las plantas a través de los llamados transgénicos.
Nos queda claro que, si estuviéramos siendo gobernados por panistas o priistas, la empresa Bayer estuviera metida hasta la cocina con sus productos veneno.
El gobierno actual está defendiendo con todo, principalmente con argumentos bien fundamentados, el no permitir la siembra con semillas genéticamente modificadas.
Las simientes nativas son una garantía de producción de maíz, frijol, trigo, garbanzo, cártamo, etcétera, de muy buena calidad, por ello las prefieren por encima incluso de las cosechas en sus mismos países, por eso importan nuestros granos los primos gringos.
México corre el riesgo de ceder a la presión internacional de Bayer y otras empresas del mismo corte, como Monsanto, Syngenta, Dow Chemical y BASF que ambicionan el monopolio del sector agrícola para enriquecerse sin límites, a costa del campo y de la salud de todos los mexicanos.
Enhorabuena tenemos un gobierno sensible y cuidadoso de las necesidades de su pueblo.
En gran parte la movilidad y el desorden en los precios en la actualidad se debe a un monopolio parcial del mercado de los agro insumos.
Peor les fuera a los productores agrícolas y a los casi 130 millones de mexicanos si el monopolio que ha pretendido Bayer desde siempre ya lo hubiera alcanzado.
México debe cerrar las fronteras a importaciones de agro insumos prohibidos en otros países, asimismo cerrarle las fronteras totalmente a la producción de granos transgénicos de otros países para así proteger, tanto la economía de los productores locales, como la salud de la población, pues el maíz importado provenientes de otros países genéticamente modificado se utiliza para alimentar la ganadería, y los animales después de sacrificarlos, nos los comemos nosotros, y con ello los venenos que traen consigo.
Simultáneamente gobierno federal debe invertir en investigación agrícola en campos experimentales que han operado en el pasado y actualmente están en el abandono.
De no hacerlo, finalmente Bayer y demás empresas relacionadas con la agricultura en su ambición de poder y de riqueza se van a salir con la suya e imponerse y controlar el mercado de agro los insumos mexicanos.
Falta investigación agrícola. Hay que señalarlo; hay que gritarlo a los cuatro vientos.
México tiene que estar al frente en esta revolución anti monopolio extranjero, pero debe plantearse el gobierno soluciones de fondo que revierta la presión que ejercen los poderosos que ven el campo mexicano como un cuantioso y jugoso botín del cual hay que apropiarse a como dé lugar; cuéstele lo que les cueste. 

 

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