Por. Isidoro Valenzuela 

El PRI se sigue observando débil en sus competidores para la contienda electoral que se avecina en Sinaloa, empezando con su candidato a gobernador Quirino Ordaz.

Fue tanta la prisa con la que actuaron los directivos del revolucionario institucional, quizá forzados por la presión interna que ejercían los grupos, que tomaron la decisión más inesperada y menos recomendable en una competencia donde tienen como referente en contra que no ejercen el poder estatal y por lo tanto no tienen el control de los recursos gubernamentales para influir en la elección del ya próximo mes de junio.

Quizá a estas alturas ya se dieron cuenta de ello, y les es difícil enmendar la plana; o en otras palabras, corregir el error.

Fueron muchos y muy diversos factores que empujaron a quienes deciden dentro del PRI su mirada hacia el empresario hotelero Quirino Ordaz.

Hay quienes comentan que fue una condición del grupo rebelde que llevó a Mario López Valdez a la gubernatura hace seis años, para aceptar su retorno al revolucionario institucional o simplemente no jugarle las contras esta vez y mantenerse al margen de la contienda.

En colaboraciones anteriores se hizo mención en este mismo espacio de que el candidato oficial para este año era el empresario ganadero Jesús Vizcarra Calderón, quien se enfrentó electoralmente con Mario López Valdez seis años atrás, lo que creó una peligrosa rivalidad entre los grupos.

Ante la posibilidad de que se mantuviera Vizcarra como candidato oficial, desde la cúpula del poder intentaron la reconciliación, pero no fue posible, aún cuando el grupo impulsor del gobernador Malova había aceptado sentarse a la mesa del dialogo.

Debido a la postura cerrada de la contraparte, que echó por tierra los planes cupulares con una figura muy competitiva, como es la de Jesús Vizcarra Calderón, a quien se le ha negado la política, la decisión finalmente recayó en Ordaz Coppel, a quien pretenden utilizar como ariete para vengarse contra el grupo rebelde que se ha convertido en una molesta piedra en el zapato para los vizcarristas, quizá sin que el señor Quirino Ordaz lo sepa.

Antes se observaba que cuando el candidato a Gobernador mostraba cierta debilidad electoral, esto se compensaba con candidatos a alcaldes y diputados con mucha presencia política en sus municipios, lo que le aportaba votos al aspirante a la gubernatura; hoy, salvo uno que otro de los escogidos, como Jesús “Chuy” Valdez Palazuelos, en Culiacán, tienen este perfil.

¿Habrán perdido de vista en el PRI que ya no están en los 70s cuando el candidato que escogían tenía garantizado el triunfo en las urnas?.

¿Acaso no tienen claro que un grupo desorganizado, que en otro tiempo fueron antagónicos, urdiendo unificarse “a la brava” y al grito de “a ver que sale”, se lanzaron a una muy arriesgada aventura que terminó humillando al mejor candidato que pudieran haber escogido para ese tiempo?.

Ahora, con Malova o sin Malova a favor del PRI, las cosas parecen estar peores para el priismo, porque el PAS supera en mucho la organización y el número de votos que pudo aportarle el PRD a la alianza con el PAN hace seis años a la elección de gobernador del estado.

 

LAS TRAMPAS DE LA POLÍTICA. Está claro que el PRI está vivo y cuenta con simpatizantes dispuestos a socavar en lo posible a sus opositores.

En Guasave, como en el resto del estado, se están movilizando todas las piezas habidas y por haber, con el fin de pavimentarle el camino a los candidatos del PRI en los municipios, y de paso facilitarle el transitar electoral al aspirante a gobernador, Quirino Ordaz Coppel.

¿Es valido?. Si, es válido; es parte de las estrategias aplicadas en cada elección y por todos los contendientes.

En Guasave los priistas no desaprovecharon ningún momento ni escenario para debilitar al gobierno de Armando Leyson Castro, por muy obvias razones, lo que lograron a medias.

Por su estoica defensa de la plaza, El Kory Leyson es merecedor de la concesión política de proponer candidatos  para que sean valorados por los aliancistas del PAN y el PAS, con altas posibilidades de ser palomeados o aceptados sin mayor problema.

Este tipo de concesiones se hacen también en el PRI y en los demás partidos, y no es nada nuevo; siempre han existido este tipo de tratos.

En anterior colaboración señalamos en este mismo espacio que el competidor más seguro para ganar la presencia municipal a la candidata del PRI, Diana Armenta, era el mismo que le ganó la Diputación Federal meses atrás, Jesús “Chuy” López Rodríguez, pero quien debe decidir si juega o no juega es el que tiene la concesión en sus manos, ese en el que está usted pensando estimado lector.

De si va o no va “Chuy” López todavía está en veremos, pues sigue pendiente la candidatura, aunque se filtren otros nombres de aspirantes, como el del sobrino del alcalde Armando Leyson; José Luis Leyson Díaz, quien dicho sea de paso, apenas está asomándose al mundo de la política, pero igual, para bien o para mal, puede aprovechar que las condiciones le son favorables por tener la familia la sartén por el mango, refiriéndonos al poder de decisión.

La airada discusión entre su señor padre y un comentarista de radio sería una piedra de tropiezo en sus pininos en este quehacer, por lo que tendrían que pensarlo dos veces Leyson Díaz y sus impulsores antes de entrarle a los “catorrazos” electorales, y pensar, por qué no, en primero buscar una diputación local por el distrito que mejor se acomode a sus aspiraciones, o hasta una diputación pluri, de las llamadas de regalo.

Esa confrontación verbal que se derivó en escándalo, debe servirle a los Leyson para dimensionar hasta qué grado están dispuestos a llegar sus contrarios para bloquearles el paso. En la política y ante las provocaciones de que son objeto los involucrados, antes de responder no solo es aconsejable contar hasta 10, sino hasta 10 veces 10. Si no pregúntenle al señor Jesús Vizcarra Calderón, a quien por no querer contar se le escurrió como agua la candidatura a gobernador y le cachó de rebote Quirino Ordaz.

En el PAN y entre las gentes claves de los Leyson quizá se tenga que consensar una figura que los unifique; tal vez Juan Luis de Anda, al que se le menciona por una de las diputaciones locales, ahí está el ex oficial Mayor, de Juan José Ríos, Luis Fernando Chinchillas, tercero en la administración leysonsista, o el Doctor Charles Quiñonez, actual Director de Salud Municipal, una persona muy conocida y de mucha estima, con una gran pesencia social en Guasave.

Por el PAS seguramente habría alguna propuesta de así requerirlo, sin embargo quien tiene la concesión será mano al momento de decidir con quién jugar.

Lo cierto es que por sí sola la alianza PAN-PAS son una garantía de un posible triunfo electoral en Guasave y en todo Sinaloa, solo hay que abonarle un poco al consenso y no descuidar la necesaria unificación de los grupos internos que deben ser tomados en cuenta al momento de decidir las candidaturas. 

Doctor Charles
Doctor Jesús Antonio Quiñones Arredondo

 

 

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