En un hecho inédito, Andrés Manuel López Obrador operó para que las dos ligas que manejan el beisbol mexicano –y que mantienen una tensa relación– se presten equipos. Así, pese al enojo de los dueños y directivos de la LMB, Sultanes de Monterrey también jugará en la LMP para cumplir una de las promesas del mandatario: el regreso de los Algodoneros de Guasave. En la LMB ahora piden el mismo trato para que vuelvan los Rojos del Águila de Veracruz, el otro compromiso federal. “Al presidente no se le puede decir no”, dice en entrevista uno de los empresarios.
CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- El mapa del beisbol mexicano se modificó en cuestión de días. Por instrucción del presidente Andrés Manuel López Obrador la Liga Mexicana de Beisbol (LMB) y la Liga Mexicana del Pacífico (LMP) se expandirán de 16 a 18 clubes y de ocho a 10 equipos, respectivamente.
Cada circuito de competencia le prestará una novena a la otra para cumplir con dos promesas de campaña presidencial: el regreso de los Algodoneros de Guasave y de los Rojos del Águila de Veracruz.
Así, la temporada 2019 de la LMB, que arrancará el 4 de abril, se disputará con dos nuevas franquicias: los Rojos del Águila, que estaría operada por empresarios locales, y los Charros de Jalisco, el actual campeón de la LMP, pues por la cercanía geográfica es la plaza que le conviene a la LMB, aunque no se descarta que sea otro equipo.
Para la campaña 2019-2020 de la LMP, que comenzará en octubre próximo, los Algodoneros reaparecerán después de cinco años, ahora bajo la batuta y con dinero del empresario Alfredo Harp Helú, y los Sultanes de Monterrey, actual campeón de la LMB, será la franquicia que incursionará por primera vez en el beisbol invernal.
Ambas peticiones presidenciales dejaron sin margen de maniobra a los dueños de los clubes de beisbol, quienes no quisieron negarse. Sin embargo, la inconformidad surgió en la tarde del 27 de enero último cuando se enteraron de los cambios en voz del propio López Obrador, mediante la transmisión en vivo desde el estadio Francisco Carranza Limón, localizado en Guasave, Sinaloa, donde el mandatario comprometió públicamente a los empresarios que lo ayudarán.
Los directivos de la LMB también se sorprendieron cuando escucharon que uno de sus socios, los Sultanes de Monterrey, cuyo propietario es Francisco González, también dueño de Grupo Multimedios, fue anunciado –sin autorización de la asamblea ni previo aviso– como el equipo que haría el par con los Algodoneros de Guasave.
De la misma manera se quedaron atónitos cuando el político tabasqueño dijo que otro de sus socios, Alfredo Harp Helú, dueño de los Diablos Rojos del México, sería el empresario que encabezaría el proyecto de los Algodoneros.
Dadas las diferencias que recientemente han tenido la LMB y la LMP, el anuncio fue desconcertante. Los dueños de los clubes como Tigres de Quintana Roo, Toros de Tijuana y Tecolotes de los Dos Laredos pidieron de inmediato explicaciones al presidente de los Diablos, Othón Díaz, y al vicepresidente de los Sultanes, Guillermo Willie González. Solicitaron urgentemente una junta de dueños.
Antes del anuncio de López Obrador en un salón del hotel El Sembrador de Guasave, se reunieron el presidente de la LMB, Javier Salinas; el de la LMP, Omar Canizales, y la directora de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade), Ana Gabriela Guevara.
Canizales le explicó a Guevara que Guasave no es una plaza sólida que le conviniera a la liga que preside. Guevara le respondió que la propuesta es que con Guasave otras plazas como Tepic, La Paz o San Luis Río Colorado podrían ser el equipo 10.
Canizales expuso que no funcionarían. Su propuesta fue que los Sultanes de Monterrey jugaran en la LMP. Salinas explicó que la autorización tendría que pasar por la asamblea de la LMB, que la liga que preside sí estaba dispuesta a apoyar a López Obrador, pero que vislumbraba el inicio de un conflicto entre ambas ligas.
Después de casi una hora de tratar de ponerse de acuerdo, Canizales se retiró. Minutos después regresó y pidió a Guevara y a Salinas que lo acompañaran. Los llevó a otro salón donde estaban Francisco y Willie González. El dueño de Grupo Multimedios le dijo a Guevara y a Salinas que el presidente le había pedido que llevara a los Sultanes a la LMP y que no le podían decir que no.
Mientras eso ocurría, López Obrador estaba en Mocorito, a 60 kilómetros de Guasave, presentando la Estrategia Nacional de Lectura y ya no le dio tiempo de sumarse a la reunión.
Al encuentro en Guasave también llegó el empresario mazatleco Erick Arellano, propietario de los Algodoneros de Unión Laguna (novena de la LMB), y Alfredo Harp, quien ante los presentes dijo que él sólo apoyaría para echar a andar la plaza porque no estaba interesado en ser el dueño de los Algodoneros ni en que los Diablos Rojos jugaran en la LMP.
También asistieron el dueño de los Cañeros de Los Mochis, Joaquín Vega, y el secretario de Desarrollo Económico de Sinaloa, Javier Lizárraga Mercado.
Lluvia de reclamos
Meses atrás, Harp tuvo la idea de que los Diablos Rojos jugaran en la LMP, así el estadio nuevo que construyó en la Ciudad de México –con un costo superior a mil millones de pesos– tendría actividad durante todo el año. Sin embargo, sólo aceptó ayudar al presidente a conseguir inversionistas con el apoyo del gobierno de Sinaloa. Después, López Obrador dijo públicamente que Harp sería el inversionista inicial.
El acto en Mocorito se retrasó. Miles de personas ya esperaban bajo el sol al presidente en el estadio Carranza Limón. Ansiaban el regreso de López Obrador para que de viva voz les anunciara que cumpliría con su promesa de campaña. El presidente ya no llegó a la reunión con sus invitados. Por teléfono cuadró todo con los empresarios y los presidentes de las ligas.
El mandatario agradeció a Francisco González y a Omar Canizales las gestiones para que los Sultanes de Monterrey jueguen en la LMP. A espaldas de sus socios, González tomó una decisión monumental. Tampoco la asamblea de la LMP estuvo enterada, como lo confirma el dueño de Águilas de Mexicali, Dio Murillo:
“Omar Canizales llevaba el aval de los ocho presidentes para apoyar a Guasave. Lo que no sabíamos era quién iba a ser el décimo equipo. Eso sí que no lo sabíamos. Por eso creo que el ciudadano presidente juntó a las piezas que creía prudentes para dejar todo arreglado y en ese mismo momento hicieron lo que creyeron prudente.”
–¿No se le puede decir que no al presidente?
–Así es.
–¿Se sorprendió con el anuncio de los Sultanes de Monterrey en la LMP?
–Yo sí. Estaba pendiente de las noticias, sabía que iba a tener esa reunión Omar con el presidente. Espero que esto sea lo mejor que le suceda al beisbol mexicano.
–¿Temen que cuando López Obrador termine el sexenio se acabe el proyecto y regresen a ocho equipos?
–No. La LMP está muy sólida y estamos listos para lo que le pueda pasar a un asociado. Puede ser que sí sufran al principio, pero está bien el paso que se ha dado, suceda lo que suceda. Si ahora encontramos eco en un presidente al que le gusta el beisbol, lo menos que podemos hacer es apoyarlo para que crezca más.
Mientras López Obrador seguía hablando en Guasave, el chat de WhatsApp de los presidentes y dueños de los clubes de la LMB no paraba de sonar con los mensajes de reclamo a Willie González y a Othón Díaz.
El presidente de la LMB, Javier Salinas, asegura que en Guasave se acordó que así como esta liga no se opondría a que Sultanes juegue en la LMP, un equipo de esa liga invernal tendría que devolverles la ayuda para que así López Obrador pudiera cumplir su compromiso de que regresen los Rojos del Águila de Veracruz, novena que hace dos años se convirtió en los Tecolotes de Los Dos Laredos.
“Nosotros hicimos la petición a la LMP y al gobierno federal de que hubiera reciprocidad para habilitar Veracruz y esperamos que así se dé. Las dos partes saben que apoyamos, pero esperamos reciprocidad. En la LMB desde hace año y medio teníamos planeado regresar el beisbol a Veracruz, ya que es una plaza histórica y estratégica por la afición en ese estado. Hoy estamos listos para regresar y obviamente necesitamos la pareja, el equipo 18, y como se ha comentado con la propia LMP esperamos que uno de sus equipos se integre a la LMB para completar”, explica Salinas.
Con el tiempo encima
El 31 de enero último, en su conferencia de prensa mañanera, López Obrador anunció el regreso de los Rojos del Águila de Veracruz. Aunque se le preguntó si gestionará para que los Charros de Jalisco se integren a la LMB no contestó, pero horas después tuvo comunicación directa con el presidente del club, Salvador Quirarte, para pedirle su apoyo.
También sumó al empresario regiomontano Carlos Bremer, de VALUE Grupo Financiero, fanático, amante y promotor del beisbol en Jalisco.
–¿El equipo de la LMP que se sumaría a la LMB es Jalisco, por la cercanía? –se le pregunta a Salinas.
–Queremos una reciprocidad por las facilidades que hemos dado para que los Sultanes jueguen en la LMP. Esperamos ese apoyo en ese mismo sentido. Jalisco es una plaza tan importante como Monterrey. Y sí podían ser los Charros, que en sus orígenes perteneció a la LMB. Sería lo más lógico, pero no estamos cerrados a ninguna otra opción. Esa sería la ciudad más fácil de integrar.
–¿Sabe si el presidente ya contactó a Omar Canizales o a Salvador Quirate?
–Sí. Sabemos que ya hubo contacto del gobierno federal. Lo hubo desde antes con la LMP y esperamos que se pueda cumplir para ayudar a su compromiso de campaña en Veracruz.
Javier Salinas espera que el anuncio de que los Charros de Jalisco –u otro club– se integrará a la LMB ocurra a la brevedad por la premura que existe, pues la campaña 2019 comenzará exactamente dentro de dos meses.
“El anuncio tiene que venir de las tres partes, como sucedió en Guasave. No debería haber ningún problema porque todos estamos por la unión y el trabajo conjunto del beisbol mexicano.
“En la LMB estamos listos para comenzar con los Rojos del Águila, estamos conscientes de que se necesita velocidad y será un gran esfuerzo, pero es para apoyar al presidente. Como LMB estamos listos para recibir a dos nuevos equipos”, concluye.
Por amor al juego
El martes 5 de febrero tendrá lugar en la Ciudad de México la asamblea de la LMB en la que los dueños y presidentes de los clubes se verán frente a frente por primera vez después del anuncio de López Obrador, quien está consciente de las pugnas internas que se generaron porque los Sultanes jugarán en la LMP.
“Si ahora hay algunas diferencias, pues ya las vamos a arreglar”, soltó el mandatario federal en la conferencia del jueves. Se le comentó que Sultanes no informó sobre su movimiento a la asamblea de la LMB y López Obrador respondió:
“Estaba el presidente (de la LMB), los dos presidentes de las dos ligas. Y yo le dije (a Javier Salinas) que si había alguna inconformidad y se necesitaba convencer a los dueños de equipos, yo lo hacía. Tengo tiempo también para eso, porque me importa mucho el deporte.”
Luego hizo el anuncio de que pagará a la LMB el haber permitido que los Sultanes sean el equipo clave pare el regreso de los Algodoneros de Guasave: “Y decirles que también va a ingresar El Águila de Veracruz a la Liga Mexicana de verano, o sea, estamos apoyando todo lo que es el beisbol”, agregó.
Así, en manos de Alfredo Harp quedó la responsabilidad de echar a andar a los Algodoneros de Guasave, que en 2013 desaparecieron. El dueño de la franquicia, Jaime Castro, la vendió y se convirtió en los Charros de Jalisco, que en Guadalajara han sido un éxito comercial. Desesperado por la pobre asistencia que lo obligaba a regalar hasta 3 mil boletos por juego, el empresario guasavense le dijo adiós a su equipo.
Castro funge ahora como asesor de la directiva de los Charros. Considera que es un acierto que revivan al equipo, pero que los aficionados deben estar conscientes de que si no van al estadio pasará lo mismo.
Calcula que el Carranza Limón necesita de al menos 50 millones de pesos para dejarlo bien para cumplir con los requisitos de la LMP y que después podrá invertirse más dinero para que sea remodelado, como los estadios de Los Mochis y de los Venados de Mazatlán.
López Obrador dijo que el gobierno federal pondrá una parte de ese dinero y la otra el gobernador de Sinaloa, Quirino Ordaz, y aseguró que ni Alfredo Harp ni Francisco González recibirán ningún beneficio económico de parte del gobierno federal por ayudarlo a cumplir su compromiso de campaña.
El enredo que viene
La expansión de la LMB y de la LMP generará un problema de operación sin precedente en el beisbol mexicano. Como los Sultanes de Monterrey y los Charros de Jalisco –o el equipo que se designe– jugarán durante todo el año tendrán planteles diferentes en el verano y en el invierno. Como la mayoría de los peloteros, mexicanos y extranjeros, juegan en ambas ligas, pertenecen a distintos equipos.
Para integrar los rosters tendrán que llevarse a cabo drafts para armar los cuatro equipos que se sumarán a las temporadas 2019. Esto implica que los otros clubes deberán ceder cierto número de jugadores y en un sorteo definir quién tendrá el derecho de elegir primero.
El 20 de febrero, el presidente inaugurará el Salón de la Fama que Harp construyó en Monterrey y el 23 de marzo hará lo mismo con el nuevo estadio de los Diablos Rojos.
Francisco González no respondió las preguntas que este semanario envió en una solicitud de entrevista. Omar Canizales se comprometió a otorgar una entrevista a más tardar el viernes 1, pero no lo hizo. El gobernador de Sinaloa y Alfredo Harp tampoco respondieron a las peticiones que se les hicieron.
Este reportaje se publicó el 3 de febrero de 2019 en la edición 2205 de la revista Proceso.
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