A los diferentes bulevares de la ciudad de Guasave de nuevo se observa gran cantidad de niños pedigüeños, son infantes que realizan alguna actividad para obtener algunos cuanto pesos y que siempre, son acompañados por mujeres jóvenes y adultas procedentes del sur.

Estás Actividades desafortunadamente ponen en riesgo no solamente a los automovilistas, sino a ellos mismos, ya que andan de carro en carro exponiendo su vida y pidiendo monedas.

En esta red de personas incluyen a adultos, jóvenes e incluso a niños y niñas,  las cuales utilizan como gancho para que los conductores se compadezcan y les den dinero.

Es obvio que alguien opera detrás de ellos, pues no se explica cómo es que de manera repentina aparecen y desaparecen en todos los bulevares de la ciudad y en algunos cruces ferroviarios del municipio de Guasave como León Fonseca y Estación Bamoa.

En infinidad de ocasiones se le ha pedido a las autoridades correspondientes como SIPINNA y sistema DIF que atiendan de manera inmediata este tipo de casos,  ya que es preocupante como exponen a los  menores a las inclemencias del tiempo al pasar horas y horas trabajando, a muchos de los bebés los mantienen dormidos y los más grandecitos son explotados haciendo malabares con pelotas y arriba de los hombros de alguna mujer para ganarse una moneda.

La justificación de la autoridad podría ser que son personas que van de paso y que posiblemente no tengan la jurisdicción legal para proceder en su contra, pero las leyes mexicanas aplican en todo el territorio nacional y es evidente la explotación infantil que ejercen contra estos pequeños.

Los niños y niñas que son utilizados para esta actividad lamentablemente están desamparados, no hay gobierno que vea por ellos, no son familias o grupos que van de paso los que se dedican a pedir dinero, es una red que recorre todo el país como cualquier empresa recaudadora de dinero, según existen versiones que estos pequeños son rentados por sus propios padres, los cuales se encuentran en sus casas en algunos estados del sur de la República y vía depósito bancario, les pagan por la explotación de sus consanguíneos, desconociendo seguramente que hacen con sus hijos y sin saber si comen o duermen, lo que les interesa es el dinero y los utilizan como moneda de cambio.

 

 

  

 

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