PUNTA DE LANZA
Sumarios

Dos pandemias. Síntomas similares.
Los Videgaray… La visita del “Coyote”

Por Armando Ojeda.

El nombre del ex – Director de PEMEX Emilio Lozoya se sigue robando los titulares de los principales diarios del País.
Odiado por unos y ovacionado por otros, el personaje en mención se ha convertido en una especie de molécula infectada que, dadas las implicaciones, amenaza con generar una nueva pandemia. En éste caso una verdadera “pandemia política”.
Por ello, dese hace algunos días en la mesa de análisis político del noticiero “Luz Noticias” que dirige el reconocido periodista Víctor Torres, y donde tengo el privilegio de participar, me atreví a identificar a quien fuera uno de los hombres de mayor confianza del también ex presidente Enrique Peña Nieto, como el “Lozoya-virus”.
Y es que no son pocas las características que coinciden entre el CORONAVIRUS Y EL “LOZOYAVIRUS”, al momento de identificar a un presunto infectado.
Mareos, dolor de cabeza, insomnio, diarreas y fallas en la respiración, son las grandes coincidencias.
Coincidencias que bien podrían ocasionar dudas entre la comunidad médica al momento de diagnosticar de manera correcta, los casos que se le pueden presentar entre unos y otros presuntos infectados.
Otra gran coincidencia entre las dos patologías, es la urgencia con que en ambos casos se están moviendo para encontrar una vacuna que se convierta en el urgente y necesario salvavidas.
Desde ambos bandos se trabaja de manera desesperada en la búsqueda de una vacuna milagrosa, que salve a unos su vida biológica, y a otros, su vida política.
LOS VIDEGARAY…FUEGO EN SU GALLINERO.
Pero el nombre de Emilio Lozoya, no solo está generando confrontaciones entre la clase política, sino que ha servido hasta para desenmascarar la verdadera personalidad de algunos personajes de la vida pública que ante los ojos del público se muestran irónicos, alegres, simpáticos, críticos y hasta agresivos en el manejo de los temas periodísticos que en sus espacios tratan de manera cotidiana.
Tal es el caso del conocido conductor Eduardo Videgaray, quien junto con otro personaje al que se conoce como “EL ESTACA” conducen el programa ¡QUE IMPORTA! que se transmite a nivel nacional en un espacio de televisión.
Es innegable lo exitoso del citado programa, y los millones de personas que conforman su audiencia y que son atraídos precisamente por la ironía, la burla y el escarnio con que los conductores tratan a personajes de todos los niveles de la vida política y social del País que por alguna circunstancia caen en sus garras.
Lo interesante, de las cosas, viene a colación por la forma en que Eduardo Videgaray asumió el involucramiento de su hermano Luis Videgaray, quien como se sabe fue Secretario de Hacienda en el gobierno de Peña Nieto, y quien está siendo involucrado en la presunta lista de políticos corruptos que Emilio Lozoya está señalando en sus declaraciones ante la Fiscalía General de la República.
Es evidente que a Videgaray, -el periodista-, ahora sí que ese detallito no le pareció nada simpático, y menos digno de ser comentado en su famoso programa de televisión.
Lo interesante es que el simpático y dicharachero, no supo controlar su coraje, al grado que su intolerancia lo hizo perder no solo el sentido del humor, sino olvidar su responsabilidad periodística, orillándolo a despotricar en contra del “testigo protegido” a quien en su cuenta de TWITER, calificó de ser un delincuente miserable, que solo acusa a su carnal, con dichos sin sustento… Ni hablar… Al periodista se le metió el coyote al rancho, le desplumó el gallinero y en la trifulca le quemó el pajar.

LAS ENCUESTAS… CALIENTAN Y ENFRAN PROSPECTOS.

Y siguen de moda las encuestas a modo. Lavadas y planchadas para el agrado de algunos y el disgusto de otros.
Son encuestas o sondeos que solo sirven para entretener a los miles de rehenes de la cuarentena en que desde hace meses estamos sometidos.
Son, de tal manera los sondeos de opinión, tiros de calentamiento, que la verdad sea dicha, calientan a los fríos y enfrían a los calientes.
Es hasta de risa loca observar nombres que los encuestadores ofertan en sus listas para que la opinión publica presente su aval o rechazo, mismos que a decir verdad, ni los propios enunciados como prospectos se la creen, aunque sí alimentan sus vanidades.
Pero la verdad es que en estos momentos, pese a los presuntos resultados que las famosas encuestas arrojan, ni los mismos dirigentes de los partidos saben a ciencia cierta hacia donde orientarán la balanza de las decisiones.
Me atrevería a decir que, ni el propio gobernador Quirino Ordaz Coppel, en el caso de Sinaloa, tiene decidido el favor de su opinión.
Es decir, que nadie en éstos momentos está seguro, y por supuesto a nadie se le puede considerar descartado, por lo que el resultado de las encuestas ni ayudan ni perjudican, sino todo lo contrario.
Aunque en el caso de nuestro Estado, las cartas importantes de la baraja están ya personificadas y con sobre y nombre rotulado.
Anote entonces los nombres y no se olvide ni de Rubén, Jesús, Mario, ni Gerardo… Y tampoco de Sergio, Melesio, Adolfo y Fernando… El apellido se lo pone usted.
Pero, por supuesto, dejando en claro que no estamos opinando de manera misógina, al no incluir ningún nombre femenino en la lista, pero mi opinión muy particular, la baso en la realidad política que se vive en Sinaloa, y donde, hasta estos momentos considero que no se puede hablar de ninguna mujer con posibilidades reales de ganar la gubernatura hacia el año 2021… Incluso ni Tatiana, Graciela, Imelda, Merary, Gloria, Rosy ni Rosa…Pero el tiempo es sabio, y siempre aclara el futuro. Pendientes entonces. 

 

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